Cuidados constantes
Antes de cada rodada verificar:
- Batería: Revisa que hayas puesto el seguro a tu batería y que la misma ya no esté conectada al cargador. Si vas a tener un viaje prolongado, asegúrate que tengas suficiente carga.
- Frenos: Presiona con delicadeza ambos frenos para asegurar que funcionen correctamente. Inspecciona las almohadillas de fenos por desgaste.
- Acelerador: Con la Pulse apagada, presiona con delicadeza el acelerador para asegurar que no haya nada obstruyéndolo.
- Ruedas: Levanta tu Pulse y revisa cómo giran tus ruedas. Asegúrate que rueden derecho y los discos no rocen contra las almohadillas de frenos.
- Llantas: Asegúrate que las llantas estén infladas a la presión recomendada (30 psi) e inspecciona por cualquier daño.
- Manubrio: Ajusta el manubrio para que tenga la altura adecuada y que estén seguros bajo la línea de inserción. Además, asegúrate de que estén apretadas con la fuerza necesaria.
- Cadena: Asegúrate que tu cadena esté libre de polvo y óxido. Si suena al usarla, lubrícala.
- Tuercas: Revisa los mecanismos de “Quick Release” y cualquier otras palancas o tuercas estén apretadas y no tengan peligro de soltarse.
- Luces: Asegúrate que las luces funcionen.
Cada 15 días, o cada 100 kilómetros de uso verificar:
- Compruebe y ajuste el freno delantero y trasero, revisando con apretar las manetas de freno para verificar el desgaste actual de las balatas.
- Limpiar e inspeccionar el marco.
- Limpiar y lubricar transmisión de la Pulse. Puedes usar toallas húmedas para la transmisión y eliminar residuos en la cadena, y engrasar con aceite que tenga base teflón.