Cuidados constantes

Antes de cada rodada verificar:

  1. Batería: Revisa que hayas puesto el seguro a tu batería y que la misma ya no esté conectada al cargador. Si vas a tener un viaje prolongado, asegúrate que tengas suficiente carga.
  2. Frenos: Presiona con delicadeza ambos frenos para asegurar que funcionen correctamente. Inspecciona las almohadillas de fenos por desgaste.
  3. Acelerador: Con la Pulse apagada, presiona con delicadeza el acelerador para asegurar que no haya nada obstruyéndolo.
  4. Ruedas: Levanta tu Pulse y revisa cómo giran tus ruedas. Asegúrate que rueden derecho y los discos no rocen contra las almohadillas de frenos.
  5. Llantas: Asegúrate que las llantas estén infladas a la presión recomendada (30 psi) e inspecciona por cualquier daño.
  6. Manubrio: Ajusta el manubrio para que tenga la altura adecuada y que estén seguros bajo la línea de inserción. Además, asegúrate de que estén apretadas con la fuerza necesaria.
  7. Cadena: Asegúrate que tu cadena esté libre de polvo y óxido. Si suena al usarla, lubrícala.
  8. Tuercas: Revisa los mecanismos de “Quick Release” y cualquier otras palancas o tuercas estén apretadas y no tengan peligro de soltarse.
  9. Luces: Asegúrate que las luces funcionen.

 

Cada 15 días, o cada 100 kilómetros de uso verificar:

  1. Compruebe y ajuste el freno delantero y trasero, revisando con apretar las manetas de freno para verificar el desgaste actual de las balatas.
  2. Limpiar e inspeccionar el marco.
  3. Limpiar y lubricar transmisión de la Pulse. Puedes usar toallas húmedas para la transmisión y eliminar residuos en la cadena, y engrasar con aceite que tenga base teflón.